Recuerdo

Quién iba a pensar que después de muchos años de no verla ( cuarenta aprox), nos encontramos en la red social Facebook, fue una agradable sorpresa comprobar que era ella, al cruzar las primeras líneas por medio del chat, e ir comprobando que era esa niña de 15 años, tímida, callada, con una mirada de dulce y sonrisa seductora, yo tendría 17 años, era un joven al que le gustaba vivir la vida, tomar las cosas de acuerdo a esa edad, todo era juegos y diversión con los amigos.
Ahora, me encuentro a una señora en la plenitud de la vida, con dos hijos que son su tesoro y más extrovertida de lo que la recordaba, que con la edad le a favorecido y esta más guapa que la niña que recuerdo, al hacer memoria y recordar esos tiempos, me vino una nostalgia al recordar esos días, y comprobar que esta mujer, a pesar del tiempo no se había olvidado de mi y mi recuerdo seguía latente en ella.
Y compruebo que yo tampoco la había olvidado y la ir día con día conversando con ella, eso que me había atraído de joven esta latente actualmente, recuerdo los primeros días en que la conocí y como se dio nuestro primer encuentro y el primer beso.
Estudiabamos en la misma escuela, ella dos años menos que Yo, y ver como atraia la mirada de mis compañeros al pasar por el corredor que llevaba a los salones de clases, ver su menudo pero bien torneado cuerpo nos impulsaba hacer comentarios propios de los chavos de esa edad, el día en que me atrevi a hacerle platica con el temor de que me rechazara, fue una tarde que se encontraba en el jardín de la escuela estudiando y me acerque con una excusa que no recuerdo con precisión, y al, estar junto a ella y sentir su aroma y ver su rostro de cerca mi atracción fue mayor, y no resistí la tentación de robarle un beso, que fue recibido pero no se si aceptado, pero fue un beso suave y dulce y tuvimos una relación fugaz, de novios de esa época, sin la malicia que actualmente hay entre los jóvenes, después de un corto tiempo, simplemente me aleje de ella y continua con mi vida loca.
En estos día me entero de muchas cosas que si en su momento las hubiera conocido otra historia serían nuestras vidas.
Ahora nuestra amistad se afianza con la sinceridad, honestidad y confianza que deben tener los amigos, y poder decirnos las cosas que en ese tiempo no nos dijimos, un cariño y admiración nace de mi por ella, me siento muy alagado por que a pesar de los años y de mi abandono sin sentido, me abre su corazón para aceptar mi amistad, ahora ya los dos con una vida hecha y con nuestras respectivas familias bien formadas, lo único que nos queda es el recuerdo de hace cuarenta años.
Lo único que me queda decirle es:
"GRACIAS, POR VOLVER A MI VIDA"