-Rameraaaa, cabronaaaaaaa, ¡ábreme la puerta!
Se enciende algunas luces de los vecinos y él continua:
-Rameraaa, cabronaaaaaaa, ¡ábreme la puerta!
En eso salen algunos vecinos a las ventanas
-Rameraaa, cabronaaaaaaa, ¡ábrema la puerta!
Se prenen todas las luces de la calle y salén todos a mirar, sale la mujer a la ventana y le dice:
-Mira Paco, no te voy abrir por cuatro razones:
-La primera porque estoy harta de tus borracheras.
-La segunda porque es tanta la vergüenza que me tendre que mudar.
-La tercera porque estás golpeando una puerta que no es la nuetra.
-La cuarta, pues te he dicho mil veces que no soy ¡Ramera, Cabrona!, mi nombre es ¡RAMONA CABRERA!
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